domingo, 10 de abril de 2011

Entre lo ligero y lo superfluo

las palomas cruzan alas
y se besan con arullos de violín
el cielo azul se funde sin fin
el emprender vuelo deja caer las hojas
cientos y cientos, sin rumbo de amor
caen desperdigadas al compás de las plumas
se mezclan entre lo ligero y lo superfluo
de una noche de baile ente cobijas de estrellas
mas azul y mas alto,
sin vació, sin gravedad apresante
sin tormento de sendero
sin piedras de equipaje
rebasando cuervos ciegos a la luz
vislumbran su fe en el universo
libre y mas alto, sin compañera insegura
mas halla de la duda y el olvido
vuela libre el amor de un niño
herido por el desengaño
de aquel beso ilusionado
que no floreció en aquel nido





Dicen que a través de las palabras, el dolor se hace más tangible. Que podemos mirarlo como a una criatura oscura. Tanto más ajena a nosotros cuanto más cerca la sentimos. Si uno de estos pequeños granitos enferma, el resto del organismo enferma también. Pero yo siempre he creído que el dolor que no encuentra palabras para ser expresado es el más cruel, más hondo… el más injusto. Pasé mi vida amando a una mujer que amaba a otro que no la amaba sino que amaba a otra de la que nunca supo si la correspondía. Era un tiempo en el que miraba al futuro con más esperanza que miedo.
A los que aman

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