lunes, 20 de junio de 2011

Días nublados

Me oculto entre la sonrisas de la gente, disimulando mi tristeza de invierno, me visto con la alegría de mis amigos, aunque mis ojos desentonan los colores libres del viento.
Un gran abrazo es mi refugio, mi promesa para el futuro incierto, junto a ese beso que no floreció y esas promesas que aun quedan en el aire.
Congelado, inerte, un recuerdo detenido en aquel paraje que marco pausa y despedida, aquel lugar que fue el principio de un sueño que acabo pronto.
Cada día mi alma rejuvenece, en aquella pequeña casa de alegrías y miradas ocurrentes, entre los juegos de niños y la sabiduría de gente que ya regreso de aquel viaje que yo aun retaso. Seguramente pronto volveré a intentarlo, seguramente volveré a caer antes de partir, pero cada vez estaré mas cerca de aquella respuesta , que mi corazón anhela.


Este sufrimiento no puede durar. Debo recordarlo y tratar de controlarme. Nada dura realmente. Ni la felicidad ni la desesperación. Ni siquiera la vida dura tanto. Llegará un día en el futuro en el que no piense en esto nunca más, en el que pueda mirar atrás y decir en paz y tranquilidad lo tonta que fui... ¡No, no, no quiero que ese momento llegue nunca! Quiero recordar cada minuto, siempre, siempre hasta el fin de mis días.
Breve Encuentro

1 comentario:

leo dijo...

creo que vivir implica entre muchas otras cosas ciertos momentos en los que podemos verlos de dos maneras...y después siempre hay que seguir siendo valientes!!...
me gusta leerte.

beso